Es tres de mayo de 1976. Esa mañana los voladores despertaron a la ciudad de Aguachica, avisando la fiesta de la Santa Cruz de Mayo, mes florido y alegre dedicado a la Santísima Virgen donde se adorna diariamente los altares con flores frescas perfumadas. Hay que estrenar o ponerse ropa limpia para asistir a la Santa Misa. Luego en fila india subir al cerro escogido, en el cual, desde la víspera, se han enterrado las palmas. De la iglesia será llevada a hombros de grandes chicos, la gran Cruz de Mayo, la Cruz del señor y la Cruz del martirio Divino, hasta la cumbre del cerro. Es día de no almorzar en las casas porque los organizadores de la fiesta reparten cocadas y arepitas de queso, dulces con palillitos y bolones de múltiples colores. Por la tarde se regresa a casa para poner debajo de la crucecita del altar el deseo que se quiere, sea concedido.
Venancio Pabón, Virgilio Guerrero y otros tantos, fueron niños jóvenes y se envejecieron organizando la fiesta de la Santa Cruz. Unos ya han fallecido y otros quedan, cual párvulos inquietos, sosteniendo la alegría de la fiesta y la admiración por la Cruz, que es de todos legada por la pasión de Cristo y símbolo del cristiano.
Mientras caen unos para buscar la compañía del que fuera crucificado, otros como Hernán Pabón, Helí Prieto, Rafael Guerrero, Martín Contreras y otras personalidades acompañan al querido “Nancho”, a Venancio Pabón, vástago de aquellas épocas, que han formado a través del tiempo una institución sagrada del folclor y la tradición del pueblo.
El programa se pegaba como aviso en los corredores de las casas para ser leído todos los días con el fin de saber que tocaba en cada fecha. Se podía leer en forma parecida lo siguiente: Día tal, de la grandiosa novena a la Santísima Cruz de Mayo en la ciudad de Aguachica, Departamento del Magdalena, 7 P.M. Rosario solemne con repique de campanas, cantos religiosos y alabanzas a la Santísima Cruz, 8 P.M. Salida del Rosario con voladores, buscaniguas y totes, al sonido de las notas alegres de la Banda de San Roque.
11 A.M. del día siguiente paseo, baile, sancocho y todo lo que cabía en el papel del aviso. Luego al terminar cada día aparecía en los programas una serie de versos jocosos.
Las celebraciones aun por parte de un grupo antiguo de fieles (pobladores) siguen en la actualidad, pero manifestándose en gran parte el deterioro del sitio.
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